La ética de la argumentación
Hans-Hermann Hoppe y N. Stephan KinsellaLo que esta ética establece, es que el proceso de búsqueda de la verdad, y la búsqueda de normas para resolver conflictos, son presentadas proposicionalmente en el curso de una argumentación. Esto es simplemente incontestable, ya que cualquiera que intente rebatir este principio entraría en una autocontradicción lógica al decir que esto no es así, recurriendo justamente a la argumentación. Partiendo de esto, Hoppe establece ciertas precondiciones o presuposiciones praxeológicas al proceso argumentativo que le son intrínsecos, partiendo del derecho de autopropiedad y el reconocimiento mutuo del mismo entre oponentes de una argumentación, hasta llegar a los derechos lockeanos de homesteading e intercambio voluntario.
Complementando esta visión se encuentra también la teoría estoppel de Kinsella, que analiza el comportamiento de un agresor en el momento de intentar persuadir a la victima de que no se le aplique un castigo, entrando también en contradicciones lógicas que demuestran que la agresión contra personas y propiedades son violaciones de los derechos, que deben ser castigados y que son categóricamente ilegítimos, estableciendo así un punto de partida (el principio de no- agresión), para fundamentar la existencia de los derechos libertarios.
En definitiva, se trata de una perspectiva muy lógica y rigurosa, la cual supera sin muchas dificultades muchas de las debilidades de éticas alternativas.